lunes, 21 de julio de 2014

Atlas de reproductoras. Madrid VK 6070 y VK 6060: arbolados y arbustivos

Las zonas arboladas y arbustivas de estas dos cuadrículas lo constituyen unas cuantas manchas bastante dispersas que han resistido con el paso de los años su transformación a cultivo por dos motivos diferentes: su orografía desfavorable para aprovechamientos agrícolas (barrancos, cerros, suelos rocosos) o por ser fincas privadas de aprovechamiento cinegético.

Los hábitats arbolados están compuestas por quejigares y encinares más o menos aclarados y con mayor o menor cobertura de matorral asociado. Por otro lado existen algunas manchas de pequeño tamaño de pinares de repoblación.
Son utilizados para nidificar por algunas de las rapaces existentes en la zona. Busardo ratonero (Buteo buteo), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), gavilán (Accipiter nisus) o culebrera europea (Circaetus gallicus), esta última en la imagen:



Además en ellos se pueden encontrar numerosos paseriformes, como el herrerillo común (Cyanistes caeruleus):



el mito común (Aegithalos caudatus):



Dentro de los paseriformes encontramos a numerosos fringílidos como el verderón común (Chloris chloris):




En la imagen de arriba un macho adulto, en la de abajo un juvenil:



Jilguero europeo (Carduelis carduelis):



serín verdecillo (Serinus serinus):



o pardillo común (Carduelis cannabina):



Otro habitante de los paisajes arbolados abiertos es la tórtola europea (Streptopelia turtur). Esta columbiforme es, sin lugar a dudas, cada vez más escasa, aunque resulta curioso que los censos realizados den diferentes tendencias, al alza o a la baja, según los realice el MAGRAMA, Fedenca o SEO:



Los hábitats arbustivos son zonas de matorral mediterráneo formados fundamentalmente por coscojares. En estas zonas encontramos numerosos paseriformes de entre los que destacan las currucas por su abundancia y variedad.
La más numerosa de todas ellas es la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), presente sobre todo en los coscojares:



Es una curruca en expansión y en algunos puntos concretos de estas zonas de matorral su abundancia es patente. En las dos imágenes siguientes un juvenil:





La curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) es otro de los sílvidos frecuentes. Aquí tenemos al macho...



... y aquí a la hembra de la pareja:



Otro de los pequeños habitantes de estas zonas de matorral mediterráneo es la curruca rabilarga (Sylvia undata):



La degradación del matorral mediterráneo da lugar a una de las formaciones típicas de la zona, que son los espartales. En estas zonas más localizadas de espartales y aliagares nos podemos encontrar con la curruca tomillera (Sylvia conspicillata):




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lunes, 7 de julio de 2014

Atlas de reproductoras. Madrid VK6070 y VK6060: agrícolas.

La mayor parte del territorio de estas dos cuadrículas lo ocupan los hábitats correspondientes a diversos cultivos de secano y mosaicos agropecuarios, en menor medida olivares y viñedos y tan sólo algunas pequeñas parcelas de cultivos de regadío. Muchas de las aves muestreadas en estas zonas encuentran en ellas recursos alimenticios durante la época reproductiva, ya sean en forma de materia vegetal o de insectos asociadas a ella, aunque sean también aves propias de otros hábitats diferentes.

Paloma torcaz (Columba palumbus), por doquier, aprovecha para nidificar desde cualquier árbol de mediano o gran porte, hasta arbustos de metro y medio:



Escribano triguero (Emberiza calandra), también con presencia muy numerosa:





Estornino negro (Sturnus unicolor), muy abundantes:



Paloma bravía (Columba livia), aunque parezca ciertamente frecuente, la hibridación con palomas cimarronas está poniendo en serio peligro la pureza genética de sus poblaciones:



Cernícalo primilla (Falco naumanni)...



... que en estos días vuelan detrás de las cosechadoras dándose un festín de langostas y otros insectos y atiborrando a sus pollos, muchos a punto de salir del nido:



Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), con algunas parejas anidando en árboles y otras en torretas de suministro eléctrico como éstas. En esta secuencia vemos la evolución de los tres pequeños de esta familia:







Grajilla (Corvus monedula):



Urraca (Pica pica), común en este hábitat y en prácticamente todos los demás, aunque mi sensación es que ha ido haciéndose menos abundante en la zona:



Críalo (Clamator glandarius), seguro que tiene algo que ver en el control de las poblaciones de nuestro anterior protagonista, aunque lo cierto es que numerosos nidos de urraca aparecen destrozados al principio de la época de cría:




Perdiz roja (Alectoris rufa): mantener sus puestas lo más intactas posibles (para su posterior caza, claro está) es el motivo por el que a las urracas se les destruyen sus nidos:



Mochuelo europeo (Athene noctua), cada vez más raros. En estas dos cuadrículas, con hábitats típicos y aparentemente favorables para su nidificación sólo los he muestreado tres veces:





Cogujada común (Galerida cristata), el aláudido típico de estas zonas, aunque también he podido muestrear algunas cogujadas montesinas (Galerida theklae):





En las dos siguientes imágenes, sendos ejemplares de juveniles:





Gorrión moruno (Paser hispanoliensis), un habitual de las zonas de cultivo en las que se alimenta de semillas de cereales:



Gorrión molinero (Paser montanus), otro que obtiene parte de su dieta de los cultivos cerealísticos:



Gorrión chillón (Petronia petronia), común en las zonas cultivadas siempre que tenga cerca lugares adecuados de nidificación, roquedos, edificios con oquedades:



Serín verdecillo (Serinus serinus), muestreado sobre todo en setos y olivares:




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